El contubernio entre el Poder Judicial y el Poder
Político no es nada nuevo...no es algo propio de nuestro tiempo ni de las
sociedades modernas, sino que se remonta a tiempos más antiguos...al pretérito
de los tiempos...el problema para erradicar la corruptela radica en lo
siguiente...¿a quién se le otorga la prevalencia, la primacía, el poder de
control, si el Pueblo no es más que la pelota de ping pong del juego de estos
dos Poderes...?.
No se si habréis visto por ahí la propaganda ministerial
de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento criminal...ojo...ojo...es la excusa
perfecta para domar a una Abogacía que empieza a asustarles....
No debemos consentir, ciudadanos y abogados, que se
pretenda “domar” a la Abogacía con la excusa de una reforma que lo único que
pretende es, de manera sibilina y propagandística, contener a un colectivo, el
de la Abogacía, que empieza a despertar y les da miedo que entre en el juego en
el papel de arbitro y que, a favor del Pueblo, que asuma el control de las
reglas del juego...
La Abogacía es la única que puede evitar que el Pueblo
siga siendo la pelota de ping pong del juego de esos Poderes...y lo saben y les
da miedo...por eso veladamente, y bajo el pretexto de una nueva reforma de la
justicia, solo pretenden revisar el modelo actual de acceso a la Abogacía...y
no, sospechosamente, la forma de reclutar a los futuros miembros del Poder
Judicial...Lo cual no deja de ser curioso, ¿verdad...?.