La Justicia existe, claro que existe; otra cosa es que
todo el mundo tenga acceso a ella o que nos preocupe el que se materialice, el
que sea real y efectiva para todos.
Así que diría que hay algo peor
que la falta de Justicia: y es la pasividad y el encubrimiento del que mira
hacia otro lado en vez de reivindicarla.
Existe la Justicia y el Derecho; sin entrar a filosofar, el Estado establece normas de obligado
conocimiento y cumplimiento; si esas normas se dictan para fomentar la
injusticia en vez de la Justicia y nadie dice nada, si la sociedad en su
conjunto deja que el Derecho se dicte en detrimento de la Justicia, tal
dejación de funciones por parte de la sociedad civil, a lo único que conduce es
a la injusticia.
Es evidente que la dejación de funciones por parte de una
sociedad civil, que por hastío deja de reivindicar Justicia, va a favorecer las
injusticias garrafales favoreciendo a aquellos que dictan normas de Derecho en
provecho y beneficio propios y al margen de los intereses de la sociedad civil
que conforma un o ese Estado.
Con lo que, al hilo de aquello
que ya hemos dicho de que hay algo peor que la falta de Justicia, es decir, la
pasividad y el encubrimiento del que mira hacia otro lado en vez de
reivindicarla, yo les diría a mayores, uno por uno, ¿qué has hecho tú para
evitar que se comentan o se sigan cometiendo injusticias garrafales?, ¿qué
haces o exiges para reivindicar normas inspiradas en postulados de Justicia?,
¿mirar para otro lado con la excusa del “agnosticismo”?.
Creo que no os estáis dando cuenta de que las políticas
legislativas actuales del Gobierno, tasas incluidas, llevan aparejadas algo más
que un ere encubierto a la totalidad de los operadores jurídicos, desde
procuradores hasta funcionarios de la administración de justicia (a excepción
de algunos de estos, en particular, a los que se está beneficiando
descaradamente y no precisamente para mejorar la Justicia).
Todo ello va en detrimento del Derecho Natural y del
dictado de normas inspiradas en postulados de Justicia para todos, buscan el
provecho y beneficio propios, de cuatro,
al margen de los intereses de la sociedad civil que conforma un o ese
Estado.
Eso es lo grave de la situación actual de la Justicia en
este país y lo que no debemos permitir, pertenezcamos al mundo jurídico o
seamos simples ciudadanos.
La calidad de la Justicia española es directamente
proporcional a la nefasta legislación, la cual no busca mejorar el acceso a la
Justicia de los ciudadanos sino el provecho particular del legislador a través
del empleo de demagogias intolerables. Más intolerables en cuanto son suscritas
por aquellos a quienes hemos elegido para la defensa de lo nuestro.
De ahí que nuestras leyes actuales no duren más que un
telediario: normalmente las necesidades que se le plantean al legislador en el
telediario de las nueve de la mañana no son las mismas que las que tiene a las
dos de la tarde y, claro, después de la merienda se dan cuenta de que se habían
olvidado de la cena y así....
Recordad existe la Justicia y el Derecho y si las normas
se dictan para fomentar la injusticia en vez de la Justicia y nadie dice
nada.... la pasividad y el encubrimiento del que mira hacia otro lado....; ni
en el mejor de los supuestos os va a otorgar ningún derecho, llegado el caso de
que os veáis necesitados de JUSTICIA, y luego no vengáis con aquello de que
habéis sufrido una de las injusticias garrafales.